Me llena de orgullo y satisfacción,
queridos vecinos y vecinas,
tener el privilegio de dar este pregón
aunque la cosa no empieza muy fina
porque esto parece un discurso del Borbón
ya sabéis quien digo... el amigo de Corina.
Pero dejemos las noticias del corazón
que el rey emérito estará que trina
y volvamos al asunto del pregón
que es para lo que Manolo me requería.
Cuando me llamó pensé, ¡menudo marrón!
pero estaba feo rechazar lo que me pedía,
así que puse toda mi ilusión
en este tema que sabemos a nadie fascina
porque lo que nos gusta es beber, comer y la diversión
y no un tío contando pamplinas,
así que os agradezco vuestra atención
y que no hayáis salido huyendo por las esquinas.
Recordaréis a mi abuela Fogata, qué buen carácter tenía.
Estoy seguro que en una de estas situaciones,
si todavía viviera, me preguntaría
Niño, ¿Qué entitula eso de los pregones?
Y yo tras pensarlo un rato le respondería:
Abuela, eso es como el tío de los melones
que anuncia los piel de sapo para que acudan las Marías,
dejen todas sus faenas y obligaciones
y salgan a la calle a comprar su mercancía.
Pero niño...ese tío estará ya jartico de millones
porque yo lo siento en Beas todos los días.
Bueno abuela, pero volvamos al tema de los pregones
aunque la verdad es que era cierto todo lo que decía.
Mira abuela, ahora en las fiestas hay muchas actuaciones
y además duran un pilón de días.
¿Y para qué coño se meten los del Ayuntamiento en esos follones?
Es lo que la Fogata, sin duda, se plantearía.
Aunque ya me imagino para qué organizan tantas funciones.
¿Para qué abuela? Sería mi pregunta, porque yo no lo sabía.
Pues para que nadie les digan que se tocan los cojones.
Pero vamos a ver abuela ¿quién iba a decir semejante tontería?
¿Tontería dices?, ¿es que no sabes que pronto habrá elecciones?
y todos los políticos saben que a la mayoría
lo que le gusta son las juergas y los fiestones
y por eso es mejor tener a la gente entretenida.
Bueno abuela, vamos a dejarnos de estas elucubraciones
que nada más por esta miílla,
nos podemos meter en complicaciones
que la cosa está muy jodida
y podemos acabar las vacaciones
en chirona o imputados por la fiscalía.
Despido ya a mi abuela con orgullo sincero
y me dirijo ahora a ese visitante despistado
a ese al que en Beas siempre hemos llamado forastero.
Seguro que dice que me he pasado
pero yo le digo que Beas es lo mejor del mundo entero
y para que vea que no le he engañado
algunas cosillas del pueblo le enumero:
una capa fue famosa en Beas en tiempos pasados,
ahora lo es una cata que se celebra cada seis de enero.
A San Roque, un santo francés, como patrón hemos adoptado,
un gran fraile de piedra es nuestro fiel escudero,
con el Nacimiento el agua nunca nos ha faltado,
el Lejío, un hermoso jardín para quitarse el sombrero,
el río que nos lleva a Granada por un camino recuperado,
la más bella estampa de la Sierra que unos ojos vieron.
El aire limpio, los sonidos del campo, el cielo estrellado
esas cosas, amigo mío, no las compra el dinero.
Y de la gente de Beas ya habrás comprobado
su gran hospitalidad y su trato con exquisito esmero.
Por todo eso y por lo que seguro he olvidado,
¿Dónde vas a estar mejor que en Beas, forastero?
Y de las fiestas hasta ahora nada hemos hablado.
Son días de bullicio, jolgorio y follaero.
Vuelven muchos beatos y beatas de los que han emigrado
El sábado se disfraza el pueblo entero
y es que las paletillas son un regalo apreciado.
El año que den jamones ibéricos o piernas de cordero
tienen cojones de venir, hasta los de Huétor disfrazados.
Hay más: la Carrera Urbana donde no importa ser el primero,
la paella y las migas nunca han decepcionado,
bailar en la plaza Paquito el Chocolatero
o acompañar a la banda de música que en Beas se ha formado.
El festival flamenco es de primer nivel y no exagero
y el castillo es siempre por todos un momento muy esperado
El fútbol, la procesión, las cucañas y hasta los churros mañaneros
todas estas cosas y otras más dan como resultado
unas fiestas con sabor de pueblo verdadero,
unas fiestas populares donde todo el mundo es respetado,
estas fiestas de Beas son las que yo quiero.
Tranquilos que ya voy terminando,
que ya he hablado más de lo que creía
y las artistas de la copla están esperando.
Os deseo Felices Fiestas y que haya mucha alegría
pero quiero acabar recordando
que durante el resto del año, hay muchos días
y todos ellos hay que irlos disfrutando
si es posible, en buena compañía,
antes de que se nos vayan escapando,
que nos queda por vivir muchas cosas buenas todavía.
Muchas gracias y ¡¡VIVA BEAS!!
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