Quisieron silenciar su fértil mente
vergel prodigioso de libertad
mas no previeron su inmortalidad
quienes lo fusilaron tan vilmente.
Pudo ver a sus verdugos de frente,
sus ojos inyectados de crueldad
y se preguntó a qué tanta maldad
solo por ser y pensar diferente.
Soñó una copla en tan fatal segundo
con versos regados de sangre y muerte
cuerpos arrojados a un hoyo inmundo
y él mismo allí, desafiando a su suerte
gritando un postrer lamento profundo
¡Granada, siento no volver a verte!
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