Tenía que estar inspirado en las Torres de Meirás (imagen) para homenajear a Emilia Pardo Bazán en el centenario de su muerte. Máximo de 175 palabras.
El
rey, convencido de que la batalla estaba perdida, se devanaba por encontrar los
fallos que podían haber cometido sus huestes, que desde un primer momento no habían
hecho otra cosa que defenderse o huir tras protagonizar ridículas escaramuzas sin
demasiado éxito.
Le
dolía reconocerlo pero nunca había llevado la iniciativa y siempre estuvo a
merced de su enemigo. En los primeros movimientos de tropas, a campo abierto, ya
le había infligido importantes bajas que minaron sus fuerzas y condicionaron
toda la estrategia posterior.
Ahora
había puesto su postrera esperanza de defensa en aquellas dos torres. Se
atrincheraría aguardando el ataque final de aquel poderoso invasor y vendería
cara su derrota a la espera de un milagro que sabía bien, nunca llegaría. Entretanto,
seguía buscando desesperadamente una audaz y magistral contraofensiva pero en
medio de esas cavilaciones, escuchó una palabra que más que una advertencia fue
toda una puñalada mortal.
-Jaque.
El mate
era inminente. Solo le quedaba abandonar y felicitar a su rival, aquella joven era
toda una maestra del ajedrez.
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