Finalista en el II Certamen Internacional de Amor, cualquier amor, organizado por el Ayuntamiento de Leganés
Cada
noche de verano solían dar una vuelta, eran los raros del pueblo, los que no
hacían botellón. Estuvieron debatiendo largamente sobre la igualdad de género y
cuando la cosa se estaba acalorando demasiado, alguien propuso refrescarse en
la Fuente de los Deseos y nadie puso objeción alguna. Según una antigua leyenda
del lugar, al beber de su agua, si pedías un deseo este se cumplía más pronto
que tarde.
-¿Lo
habéis pensado ya?, preguntó Lola antes de beber.
-Claro,
contestó Luis.
-¿Y
tú?, interrogó Rosa a Javi, el intelectual de la pandilla.
-Ya sabéis que pienso que todo esto es una solemne
tontería pero tampoco me gustaría estropear un momento que para vosotros es tan
especial, respondió.
Pasados
unos minutos, Rosa insistió.
-Al
final, ¿pediste algún deseo, Javi?
-Sí,
pero se supone que debe ser secreto, ¿no?
--¡Que
lo cuente!, ¡que lo cuente!, corearon todos.
-Está
bien, aceptó ante tal insistencia, mi deseo fue… que se cumplieran los
vuestros.
Se produjo
un extraño silencio y entonces las miradas de Javi y Rosa se cruzaron, él se
acercó a ella, cogió su mano y la sorprendida chica se estremeció de felicidad.
¡Era cierta la leyenda!, su deseo se estaba empezando a cumplir.
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