Finalista en el II Concurso de Microrrelatos BandMusic
Empeñado en formar parte de la banda de música del pueblo, mi padre aprendió a tocar el saxo de oído siendo ya bastante mayor. Era un viejo tozudo pero verlo ensayar tantas horas hasta conseguir dominar el instrumento fue una auténtica sorpresa para todos los que le conocíamos. Un día me confesó que la música le había cautivado desde niño pero nunca tuvo tiempo ni medios para dedicarse a ella y por eso cuando se jubiló, se propuso alcanzar aquel antiguo anhelo.
El día en el que finalmente debutó como músico fue uno de los más felices de su vida y también de toda la familia. Por desgracia, el COVID apenas nos dejó disfrutar de esos gratos momentos y ahora yo, embargado por la tristeza, me encuentro desempolvando su inseparable saxofón y aunque no sé ni cogerlo, le debo al menos intentar ganarme algún día su puesto en la banda.
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